lunes, 30 de noviembre de 2015

Ciclo Ópera Abierta: Madama Butterfly


Mañana martes 1 de diciembre tendrá lugar en el salón de actos de la Fundación Miguel Castillejo la audición comentada de Madama Butterfly, en la tercera jornada del Ciclo Ópera Abierta. La presentación y los comentarios correrán a cargo de Antonio García Uceda.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Exposición de Acuarelas de Chari Leiva


Este viernes inauguramos la exposición de acuarelas de la pintora jiennense Chari Leiva, que estará expuesta en nuestra Fundación hasta el día 21 de diciembre.

Primer domingo de Adviento

Jer 33,14-16: Suscitaré a David un vástago que hará justicia y derecho en la tierra.
1 Tes 3,12-4,2: Que el Señor os fortalezca interiormente.
Lc 21,25-28.34-36: Se acerca vuestra liberación.

Iniciamos hoy el tiempo litúrgico del Adviento; un tiempo de gracia y de esperanza, de preparación y conversión al Señor, el Salvador, que llega; que irrumpe abiertamente en nuestra historia para redimirla. Por lo tanto, es un tiempo caracterizado por la tensión del <<ya, pero todavía no>>; <<ya>> se ha realizado la salvación de Dios en la historia, mediante la Muerte y Resurrección de Jesucristo, pero <<todavía no>> ha llegado a su consumación total, cuando Dios sea <<todo en todos>>. Desde este marco, varias son las propuestas que nos demanda este tiempo litúrgico. En primer lugar, el Adviento nos invita a vivir con gozo y esperanza, con plenitud de sentido, con intensidad y vigor la vida que Dios ha puesto en nuestras manos.
Una de las mayores lacras de nuestra sociedad del éxito rápido y de la opulencia fácil es el pesimismo y la falta de confianza y de fe de los hombres en sus propios proyectos y posibilidades. Por paradójico que pueda parecer, cuanto mayor es el éxito, mayor es la vaciedad interior y la falta de sentido. La idea del progreso indefinido ha quebrado, destrozando el sueño prometeico que siempre ha acariciado el ser humano. Hoy se vive sólo y exclusivamente para el momento presente, para el instante, porque los ideales de antaño se han evaporado. Así, Sísifo se impone a Prometeo. Es el hombre de la posmodernidad.
Frente a estas realidades chatas y miopes, los creyentes hemos de vivir con esperanza como propuesta de cambio y alternativa, que permita dar al hombre de hoy una razón, un <<porqué>> presente y futuro, inmanente y trascendente. La esperanza que ofrecemos los creyentes no es otra que la que Dios nos ha dado: que en el corazón de la sociedad y en el corazón de cada ser humano, Dios se hace hombre para que el hombre se encuentre con Dios, el único capaz de otorgar sentido último y definitivo a nuestra historia humana, la de todos y la de cada uno.
Por eso, esta esperanza nos conduce al éxito; no al éxito entendido en términos humanos, sino al éxito entendido en términos divinos. Nos referimos al éxito final, al destino último de plenitud a que nos ha convocado el amor creador de Dios, Padre de todos.
Las tres lecturas de la liturgia de este primer domingo de Adviento se articulan en torno a las promesas bíblicas que orientaron durante siglos el caminar esperanzado del pueblo de Israel, y que se cumplieron total y definitivamente en Jesucristo, el Hijo de Dios.
La Resurrección de Jesús, que anuncia su venida gloriosa <<al final de los tiempos>>, sitúa a los creyentes en un horizonte escatológico de expectación. El descubrimiento de la acción de Dios en la historia provoca en la Iglesia una ansiosa espera en la consumación total. Esta última etapa que deseamos alcanzar no es obra nuestra, sino don de Dios.
Los creyentes tenemos, pues, la esperanza de que Dios que ha venido ya y que ininterrumpidamente está en medio de nosotros, vendrá definitivamente con poder y gloria, para transformar todas las cosas, llevándolas a su total plenitud.
En segundo lugar, el tiempo de Adviento nos invita a vivir atentos y vigilantes para descubrir y discernís los signos de los tiempos como manifestaciones de Dios Salvador.
San Lucas es muy expresivo cuando habla de esta preocupación y alerta personal. Expresiones como: <<tened cuidado>>, <<estad siempre despiertos>> o <<manteneos en pie ante el Hijo del hombre>>, confirman y avalan la actitud de vigilancia que hemos de tener en todo tiempo y circunstancia. El Adviento nos lo recuerda muy especialmente, a la vez que nos convoca e insta a ser centinelas y vigías, que otean el horizonte de la historia humana para descubrir en ella la huella constante de la salvación de Dios.
¿Y qué es lo que hemos de vigilar? Lo primero de todo es la vigilancia de nuestra propia vida, imagen, don y regalo de Dios.
Dios nos ha convocado a la existencia para colaborar con él en su proyecto de salvación en la historia, mediante la extensión e implantación del Reino en todos los rincones del mundo (cf. Mt 28,19). Ésta es la única vocación que nos salva y que nos realiza como personas.
El peligro que constantemente nos acecha es el intento de romper con el proyecto de dios en nosotros; es decir, vivir de espaldas a Dios, como si Dios no existiera; centrar nuestra vida sólo en el pan, olvidándonos de <<toda palabra que sale de la boca de Dios>> (cf. Mt 4,4). En suma, el peligro consiste en anteponer lisa y llanamente el tener al ser, olvidándonos que lo primer es el Reino de dios y su justicia (cf. Mt 6,33). Es urgente volver, una vez más, a uno de los leif-motiv del tiempo de Adviento: el hombre es vocación de amor y sólo el amor lo realiza.
En tercer lugar, el tiempo de Adviento nos invita a vivir con exigencia la virtud de la justicia, otro de los temas estrellas de las lecturas de este domingo.
La exigencia de la fe cristiana consiste en ir abriendo senderos y caminos para que la salvación de Dios penetre hasta la raíz última de nuestro mundo, enfermo de muchos pecados, entre ellos el pecado de injusticia. Los profetas clamaron por la justicia. Jesucristo trae consigo la justicia y la libertad con mayúsculas, porque esa justicia es justa, y esa libertad libera, manifestaciones ambas de la liberación y salvación de Dios.
Mis queridos amigos, intensifiquemos durante este tiempo las actitudes fundamentales que configuran la vida cristiana: la espera atenta, la vigilancia, la fidelidad en el trabajo, la sensibilidad suficiente para descubrir y discernir los signos de los tiempos, manifestaciones de la salvación de Dios.
Que nuestro lema en este Adviento sea vivir siempre con alegría, y así contagiarla a los demás. De este modo, podremos redimir al mundo del <<aburrimiento>> existencial en el que se halla.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Concierto Viola Solo


El próximo viernes, 27 de noviembre, tendrá lugar en la Fundación Miguel Castillejo el concierto Viola Solo, a cargo de Ángela García López, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (DIEVCM). El programa presentará obras de Bach, Biber, Briten y Stravinsky y contará con la colaboración de Ana Luque, profesora del Conservatorio de Arte Dramático) y Chelo Ansino (joven flauta).